Hace cuatro siglos, el famoso "Bard of Avon” William Shakespeare hizo una interesante observación en All's Well That Ends Well. Los destinos, que sus contemporáneos achacaban fácilmente a las estrellas y las constelaciones, estaban de hecho en sus propias manos.
'Nuestros remedios a menudo residen en nosotros mismos,
que atribuimos al cielo: el cielo predestinado'
En otras palabras, la panacea a nuestras dificultades y problemas físicos, están a nuestro alcance y a menudo dentro de nosotros mismos.
Em... todo eso es muy bonito y filosófico... pero ¿cómo se libra uno de los problemas?
¿Cómo puede uno ser su propio servicio de atención al cliente?
La palabra de moda: ‘Energía’
Habitamos un mundo en el que la energía es omnipresente. Está en todo y en todas partes. Tanto los seres vivos como los no vivos funcionan con algún tipo de energía. Piense en el sol que ayuda a la fotosíntesis en las plantas. Gasolina o gasoil, y cada vez más baterías que mantienen a los vehículos zumbando en las carreteras. Fundamentalmente, todas y cada una de las células del cuerpo humano funcionan con la energía de los nutrientes. La energía es la unidad básica para el funcionamiento no solo del planeta, sino también de nosotros. Una fuerza dinámica que existe en su interior y en el entorno que le rodea. Está en continua interacción con las energías que la envuelven y que están dentro de usted para hacerle sentir tranquilo, fresco, cálido o estimularle. Es el mecanismo de auto-corrección del propio organismo, un remedio natural. Una medicina que actúa sobre su cuerpo y su alma para mantener su homeóstasis.
El concepto de circulación de la energía en el cuerpo como factor determinante de la buena salud de una persona ha existido en múltiples culturas de todo el mundo. Los chinos lo denominaron 'qi' o 'chi', en la tradición ayurvédica india es 'prana', en la medicina japonesa es 'ki', la tradición cabalística judía lo llamó 'yesod', para los sufíes es 'baraha', mientras que para los budistas tibetanos es 'pulmón'. Esta energía circula por el cuerpo a través de una matriz de canales, los meridianos de acupuntura o el sistema yóguico denadis.
Tras años de investigación, los estudiosos han desarrollado aparatos capaces de medir las energías sutiles invisibles del cuerpo. La medicina energética actual es, por tanto, una amalgama de la sabiduría transmitida de generación en generación, complementada con los avances científicos.
Acceso a la energía
Su cuerpo o incluso su mente empiezan a actuar cuando uno o varios de sus sistemas energéticos están perennemente desequilibrados, o son incongruentes entre sí. Aunque sus centros energéticos internos reajustan constantemente la energía que tienen a mano para repararle y rejuvenecerle, no resulta suficiente. Además, la vida moderna, con sus múltiples factores de estrés, la contaminación, la comida procesada, el procesamiento de las emociones de otras personas, etc. nos exponen a una vida en la que es un reto conservar el equilibrio energético óptimo. El lamento común es el de tener "poca energía" o padecer "fatiga crónica", signos reveladores de unas reservas energéticas deficientes o estancadas.
¿Cómo se aprovecha entonces la propia energía?
¿Cómo se puede liberar su potencial auto-curativo?
Los practicantes de la medicina energética son un buen medio para que acceda a su vitalidad interior. Utilizarán sus conocimientos para explotar su energía personal de forma que recupere la forma física y la jovialidad.
En la variedad más tradicional de la medicina energética, el diagnóstico también puede llevarse a cabo utilizando técnicas adivinatorias como la piedra magnética, las piedras preciosas, etc. Si acude a un especialista en radiónica (terapia electromagnética) puede que ni siquiera tenga que estar físicamente presente, ya que tanto el diagnóstico como el tratamiento podrían realizarse a distancia. Es posible que le pidan un mechón de pelo, una fotografía o su nombre completo bien escrito en un papel para que el profesional trabaje con él.
El principio fundamental de la medicina energética es que el desarrollo y la reparación de las células, los músculos, los tejidos y los órganos del cuerpo se rigen por sus campos energéticos. En consecuencia, como la energía bloqueada en sus órganos puede provocar averías en dicho órgano y en el sistema endocrino, su terapeuta intentará liberar la memoria celular de su cuerpo almacenada en los músculos y el tejido de la fascia del cuerpo. La normalización de la química de su cuerpo y la regulación de sus hormonas a través del equilibrio de sus energías sutiles le harán sentirse mejor y con mayor claridad de pensamiento. Así pues, la medicina energética funciona de forma que despierta el flujo interior de 'prana'/'lung'/'chi'/'yesod' de cada uno para lograr un aumento de la vitalidad del cuerpo, la mente y el alma. Esta práctica de auto-cuidado propicia una mayor inmunidad y pasión hacia su vida.
Afortunadamente, el proceso no es invasivo y, por lo tanto, seguro para que la mayoría lo pruebe.
Tipos
Existen varios tratamientos basados en la energía destinados a re-equilibrar el organismo. Su eficacia depende de los síntomas del paciente.
Magnetoterapia: ninguno de nosotros es impermeable a la atracción electromagnética y gravitatoria de la Tierra. Los expertos se basan en el conocimiento ancestral de que nuestras vías y centros energéticos emiten luz y energía electromagnéticas. Por ello emplean imanes o dispositivos electromagnéticos para crear un campo magnético alrededor del órgano dañado, ya que los imanes pueden galvanizar las células inactivas, frenar la inflamación y reconstruir los tejidos afectados.
Gemoterapia: los azules profundos del lapislázuli, el brillo violeta de la amatista, el cuarzo rosa, los colores suaves del jade y otras piedras preciosas han sido aclamadas por los antiguos griegos, los chinos, los egipcios y los indios por sus poderes curativos calmantes. Cuando se llevan como amuleto o simplemente se colocan sobre el cuerpo, las dificultades tangibles, intangibles y espirituales de una persona se curan a través de las frecuencias que emanan de las propias piedras preciosas porque los cristales contienen y emiten energía.
Flores y esencias vibracionales: la naturaleza es tal que no deja a nadie indiferente ante su belleza y sus aromas. Partiendo de esta lógica, esta terapia explota las esencias de las flores o de otras partes de la planta como los tallos y las cortezas. Primero se extrae la esencia remojando el material vegetal en agua de manantial dejándolo al sol o hirviéndolo. Para evitar la evaporación de la esencia, se añade alcohol. Se dice que unas gotas de la energía vibratoria de la esencia afectan favorablemente al estado de ánimo, mental y espiritual. Esto se debe a que las esencias trabajan sobre nuestras emociones para calmar el sistema nervioso central, liberando así una importante vía de energía.
Radiónica o terapia electromagnética: El terapeuta puede emplear un péndulo o un aparato de radiónica para "emitir" la cura. El tratamiento real puede adoptar la forma de un remedio homeopático, vitaminas, hierbas, un canto o incluso un pensamiento positivo. El tratamiento puede realizarse virtualmente, pero se necesita su consentimiento y su participación activa.
En caso de que el profesional decida utilizar dispositivos, el tratamiento podría seguir incluyendo la homeopatía. Otra posibilidad es que se trate de otro cóctel de hierbas que se transfiere a su ser en forma de gotas, comprimidos o como tiras magnéticas que se llevan en el cuerpo. Los imanes suelen ser impermeables, ya que están engastados en plástico o cerámica. Sin embargo, es aconsejable mantenerlos secos, ya que pierden su eficacia con la exposición frecuente a la humedad.
Secuelas
Como cada uno de nosotros es único, nuestra reacción a las ofertas de la medicina energética será diferente. Al principio puede que le engañen haciéndole creer que no ocurre gran cosa porque la propia naturaleza del tratamiento es muy discreta. Podría ser testigo de un brote inicial de los síntomas, seguido de un rápido descenso conocido como respuesta curativa.
Y lo que es más importante, establecerá el primer vínculo con sus canales de energía y centros de poder hasta ahora desconocidos. Será testigo de una disminución de las emociones fuertes y los sentimientos intensos a medida que su constitución se relaje con el suave flujo de energía en su ser. Esta conexión proactiva mente-cuerpo propiciará una sensación de paz y relajación. Al estar en un estado de receptividad relajada, nuestro cerebro se desintoxicará y el sistema inmunológico se fortalecerá. Poco a poco experimentará un alivio temporal del dolor y otros síntomas molestos.
Pronto saldrá de su inexplorado e infraexplotado caparazón energético mejor preparado para interactuar con el vasto océano de energíasal que está expuesto cada día.
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