Cambiar de marcha con las terapias de habla y escucha

Tras haber conectado con sus emociones, las terapias de habla y escucha ahora examinarán más de cerca sus relaciones/situaciones/creencias pasadas o actuales. Ver el mismo episodio desde diferentes perspectivas, para aumentar los momentos "¡Ajá!". Pasará de limitarse a identificar sus zonas problemáticas a reconocer los distintos mecanismos de afrontamiento que tiene ante sí.

Ha descubierto que el proceso de establecer una conexión auténtica con su terapeuta, le ha hecho mucho bien. También le tranquilizó mentalmente experimentar las conversaciones, a diferencia de las que mantenía con su pareja, su familia o sus amigos, como un espacio en el que podía haberse sentido debidamente escuchado sin interrupciones. Esta escucha no sólo implicaba las palabras que usted pronunciaba, sino que su oyente entrenado también captaba su lenguaje corporal.

Cuando haya tocado la base de sus emociones, su terapeuta cambiará de marcha. Lo harán sembrando tranquilamente pensamientos contradictorios de improviso durante sus sesiones. El objetivo es que usted se siente y tenga un momento "¡Ajá!", que piense "Nunca lo había pensado así". Esto se hace con la intención de que usted desarrolle alas para procesar de forma independiente las situaciones desagradables y los modos y maneras de manejar estos escenarios en ausencia de su terapeuta para llevarle de la mano.

Una mirada más cercana

Una forma de hacerlo será que su terapeuta profundice en las situaciones que no le gustan. Por ejemplo, al principio narró con detalle todas las incidencias en las que la colaboración con un colega en particular fue desagradable. El terapeuta, después de haberle dado consejos útiles para manejar esas interacciones, podría cambiar su enfoque hacia otras relaciones de su vida; la gente de su familia, sus vecinos, sus amigos, aquellos a los que aprecia o que forman parte de su vida cotidiana. Lo harán para estudiar conjuntamente la posibilidad de que su compañero de trabajo le recuerde a alguien que represente algún problema o barrera para usted, y descubrir cómo puede sortear ese embrollo.

Para reforzar sus poderes auto analíticos, el terapeuta podría intentar también la vía educativa, como enseñarle las condiciones que le afectan. Digamos que por desgracia Covid-19 le ha robado a alguien muy querido. Mientras llora esta pérdida, su terapeuta le dará el espacio necesario para hacer el duelo y después le acompañará con ternura a través de las etapas del duelo. Porque lo que pueden parecerle visiones de un futuro conocido, pueden en cambio explicarle cómo su dolor evolucionará y florecerá para celebrar la vida de esa persona y la suya de forma positiva.

En esta etapa, su terapeuta ya no será un oyente pasivo, sino que también intentará contrarrestar ligeramente sus opiniones fijas dándole la otra cara de la cronología. Volvamos a la historia de su compañero de oficina. Su terapeuta podría hablarle de la "carrera de ratas" y de la excesiva competencia por ascender en la escala empresarial, y de la forma en que esto puede endurecer a algunas personas. En este caso, se podrían exponer los méritos de la empatía hacia su compañero de trabajo. Ummm... ¿no está convencido? ¿Por qué no examinar otro caso?

Digamos que no soporta al oncólogo de su madre porque nunca parece tener tiempo para responder a sus preguntas y no parece comprender las preocupaciones de su madre (y las suyas). La terapia en este caso le recordaría amablemente que tenga en cuenta los diversos factores que afectan al buen funcionamiento de los hospitales, los problemas a los que se enfrentan los médicos y el personal sanitario, la carga de trabajo de los oncólogos y las tácticas a desplegar para ganarse su atención y cumplir así su objetivo. Al escuchar regularmente el otro lado de las historias, su cerebro interiorizará ese proceso de pensamiento diferente, ampliando así sus percepciones sobre las situaciones y la vida en general.

Conclusión

La multiplicación de momentos 'Ah-ha' le hará algo maravilloso. Poco a poco, activará un interruptor mental interno. Un acontecimiento muy útil porque su mecanismo cerebro-neurona pasará de identificar "cuáles son mis puntos sensibles", a la mentalidad de "qué hacer" con ellos.

Con su profesional trabajará varios mecanismos de afrontamiento para enfrentarse a los problemas que le preocupan. Sus deberes requerirán cierto esfuerzo por su parte. No está en una carrera, así que tomarse su tiempo es perfectamente normal. Puede que no sea una navegación tranquila. Tendrá varios fallos, pero sobre todo también varios aciertos. Y alegremente, sus puntos desencadenantes comenzarán a transformarse en algo parecido a una "tarea factible" en su mente.

Su desahogo provocará un mejor análisis mental. Es decir, dado que en la terapia estudió las situaciones difíciles desde varios ángulos, evolucionará para comprender el proceso formativo y sus efectos en sus emociones. En pocas palabras, pasará de reconocer los escenarios que le causan perturbación a comprender por qué ese escenario le preocupa tanto. Desarrollar este tipo de habilidades, le permite de manera importante moverse y gestionar tanto sus emociones como los escenarios indeseables, de la mejor manera posible. Y continúe desarrollando estas nuevas habilidades.

Todo esto se traduciría felizmente en que usted verá el estrés y la ansiedad en su aquí-y-ahora de forma diferente. En lugar de ser una fuente de tensión incalculable y presión arterial alta, se convertirán en un manantial de renovación y vigor. Cuando vea y reconozca a su compañero de equipo de forma diferente, cooperará con él de forma más eficaz. También el oncólogo se parecerá menos a un robot insensible y más a un ser humano.

Sus conversaciones llegarán a notas diferentes, conectará mejor con los demás, y eso es una sensación maravillosa.