Los profesionales de las terapias corporales se centran en estimular más puntos del cuerpo. Diversifican y combinan las distintas técnicas para eliminar los bloqueos internos. Su evolución en las terapias corporales le lleva a adquirir un mayor conocimiento de sus dolores y puntos gatillo, así como de las posibles soluciones. Además, mejora enormemente la conexión de la mente con las funciones corporales, mejorando así su salud en general.
A estas alturas ya habrá descubierto el maravilloso potencial del cuerpo humano para curarse a sí mismo. Cuando se le orienta mediante tratamientos holísticos, como las terapias corporales, reacciona de inmediato. Si incrementamos nuestro compromiso con las terapias corporales, podremos sintonizar tan bien con nuestro cuerpo que seremos capaces de localizar los puntos de bloqueo o los puntos desencadenantes de la ansiedad para restablecer la libre circulación de los fluidos corporales internos, el riego sanguíneo y las energías que nos ayudarán a relajarnos y a aliviar el dolor y la tensión. Los terapeutas corporales solo intervienen para profundizar en esta relación mente-cuerpo y aumentar nuestras conexiones emocionales y espirituales. Las terapias en sí ofrecen la ayuda adecuada para acelerar la capacidad inherente de nuestro organismo para autorregularse y corregirse.
Caminos diferentes
Lo mejor de la mayoría de las terapias corporales es que, aparte de ser apropiadas para la mayoría de los grupos de edad y las condiciones físicas, a menos que lo desaconsejen cirujanos y médicos cualificados, se puede volver a ellas en cualquier momento. El tiempo no es un factor limitante. Si la primera experiencia o las primeras sesiones fueron beneficiosas, pero el dolor de espalda se ha reducido pero no ha desaparecido del todo, o las rodillas están más fuertes pero aún se tambalean, siempre puede optar por volver a por más. Y del mismo modo que un médico le recetaría una medicación más fuerte para abordar su problema, los terapeutas corporales tratarán de profundizar en el trabajo que se está llevando a cabo sobre sus músculos, ligamentos, estructura neuro-músculo-esquelética, etc.
Esta etapa de desarrollo tiene la ventaja añadida de que la evolución funciona en ambos sentidos, tanto para el profesional como para usted. Si decide volver a acudir a la misma persona (siempre que tenga la formación necesaria para ello), el experto que ya conoce los puntos fuertes y débiles de su cuerpo mejorará sus técnicas, mientras que usted cosechará los beneficios de sus esfuerzos y descubrirá las nuevas fronteras de los límites de su cuerpo. Y no se preocupe... aunque decida cambiar de terapeuta, le atenderán con mucho gusto.
Masajes: se aumentará la intensidad de la presión aplicada sobre usted de ligera a media hasta un nivel que su cuerpo pueda tolerar. No tema, el objetivo es que disfrute de la experiencia, por lo que la presión «máxima» aplicada nunca durará más de 2 o 5 segundos. Se le solicitará que comunique sus niveles de comodidad para que el terapeuta pueda determinar en consecuencia la intensidad aceptable de su presión media y la máxima que puede soportar en este momento. A continuación, el experto procederá a realizar el masaje ejerciendo un nivel medio de presión con ocasionales movimientos profundos para aumentar la sensación de rejuvenecimiento de sus músculos cansados y desbloquear sus puntos de tensión. Como usted reconoce sus puntos desencadenantes, les guiará hacia él. Y sí, se concentrarán en sus puntos desencadenantes para que dejen de serlo.
Acupuntura: antes de que el acupuntor considere la posibilidad de hacer algo, le pedirá que le describa los progresos que ha hecho hasta ahora y que le muestre las partes del cuerpo que ha tratado en las sesiones anteriores. Le examinarán la lengua y el pulso en la muñeca. Es posible que también estudien su cara y otras estadísticas de salud para decidir la orientación del próximo tratamiento. Este paso es importante para usted y los acupuntores, de modo que se determinen los puntos de acupuntura correctos y el recorrido complementario correspondiente. Dependiendo de su umbral de tolerancia, el acupuntor intentará estimular los 12 canales primarios de acupuntura, cruciales para garantizar el mejor funcionamiento óptimo de sus órganos internos vitales. De los 56 canales complementarios que actúan como guardianes de los órganos internos desviando las enfermedades lejos de los órganos, el acupuntor podría buscar algunos de estos canales adicionales. Ahora bien, no se imagine que le pinchan por todas partes, al contrario, el acupuntor irá de una zona del cuerpo a otra, de modo que todo su cuerpo se energice.
Si la técnica utilizada es la acupresión, la sesión será similar a la de un masaje, en la que se aumentará el grado de presión para profundizar el trabajo sobre los tejidos blandos. Como éstas no serán sus primeras sesiones, sus sesiones de tratamiento serán más cortas, normalmente de media hora. La frecuencia de la terapia seguirá siendo de una vez por semana. Sin embargo, es posible que le recomienden acudir más a menudo si padece alguna enfermedad crónica, como esclerosis múltiple, osteoporosis, cáncer, etc.
Osteopatía, quiropráctica, terapia craneosacral y fisioterapia: la primera vez que acuda, tendrá que informar al profesional de su historial médico, los motivos por los que acude a la consulta y explicarle los movimientos, ejercicios y puntos de tensión en los que se ha centrado anteriormente. Esta información es necesaria para evitar daños involuntarios. Si olvida informar a su terapeuta de un dolor lumbar, podría realizar algunos movimientos que no le beneficiarían. Del mismo modo que en las otras dos terapias anteriores, aumentará la intensidad de la presión aplicada y de los movimientos de empuje. En el caso de la osteopatía, la zona corporal cubierta puede ser mayor.
Los ejercicios y movimientos también tendrían que ajustarse de forma que no haga nada que esté aún fuera de su alcance, sino más bien algo que sea el resultado de sus sesiones de terapia anteriores. Es decir, si hizo sentadillas y mantuvo la posición de rodillas flexionadas durante 3 segundos, puede que le animen a flexionar más las rodillas y mantener la nueva posición durante un poco más de tiempo, digamos 5 segundos. Se pondrá a prueba la capacidad normal de rotación de sus caderas y articulaciones para aumentar su flexibilidad y abordar la rigidez de su cuerpo. Se podrían probar múltiples ángulos de estiramiento y la duración del estiramiento podría ser más prolongada.
Conclusión
Las terapias corporales son lo bastante integradoras como para atender no solo a quienes padecen dolencias tratables, sino también a quienes, por desgracia, padecemos enfermedades crónicas o afecciones degenerativas. Incluso en este escenario, a menudo se sentirá más feliz, lo que le dejará con una mejor respuesta física y una mayor ligereza emocional. Esto facilita la tarea de afrontar el problema real, la enfermedad.
Pasará de conocer sus puntos débiles y fuertes a comprender cómo puede tratarlos. Esto se traduce en que usted podrá guiar con confianza a su terapeuta utilizando la medicina manual para centrarse en las zonas problemáticas. O mostrar los estiramientos que alivian el dolor e incluso solicitar a su entrenador que realice ejercicios que se concentren en una parte concreta del cuerpo. De un comienzo pasivo, se convertirá en un participante proactivo de las terapias corporales.
La fase evolutiva de esta conexión mente-cuerpo ayuda a despejar las dudas sobre el conocimiento del alcance de su cuerpo, dónde se encuentra y dónde le gustaría estar física y emocionalmente. Los terapeutas, por su parte, intentan adaptarse lo mejor posible para ayudarle a alcanzar sus objetivos. Por lo tanto, la mayoría de los terapeutas corporales abordan su afección con la pregunta: «¿Ayudará esta terapia corporal en particular a esta persona con su problema X, Y y Z?», no con la pregunta de si pueden resolver su afección. En otras palabras, pretenden tratar a la persona y no a la enfermedad. Sí, USTED, en mayúsculas, es su objetivo principal.
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